CLAUDIO "PINCHE" DORI: A 50 AÑOS DE UN RAID HISTORICO DE LA AVIACION MUNDIAL

(Dany Dekker junto a Claudio Dori)
Con este motivo - y en adhesión al 76º aniversario del Club 'Otto Ballod' - se realizó acto en el cementerio local el sábado por la mañana. El mismo consistió en el descubrimiento de una placa recordatoria y breves palabras alusivas, ante la tumba que guarda los restos del inolvidable 'Pinche' Dori, uno de los primeros pilotos chavenses, notable representante de nuestra comunidad desde el plano de la experimentación científica y deportiva que el vuelo sin motor exige. A traves de una gacetilla que hiciera llegar Adolfo Ruben Gorosito con motivo de esta evocación, se indica que "el 30 de octubre reciente se cumplieron 51 años desde la hazaña deportiva que protagonizaron el piloto chavense don Juan 'Pinche' Dori y el alemán Heinz Scheidahuer, en sendos planeadores".

(imagen de la placa colocada en el cementerio local el pasado fin de semana)

Primer cruce de los Andes con dos planeadores

La mañana del 30 de octubre de 1956 amaneció en Bariloche clara, templada, sin nubes y sin viento. Las excelentes condiciones climáticas y una firme determinación fueron el preanuncio de una hazaña histórica de la cual se cumplen 50 años: el cruce de la cordillera de los Andes en planeador con el viento en contra, uniendo Argentina con Chile. Por primera vez, una aeronave sin motor y de madera tomaba vuelo y se enfrentaba con el cerro Tronador. Provisto con equipamiento reglamentario, ropa de abrigo, botiquín, paracaídas, chocolates, carta de vuelo y experiencia y valor en grandes proporciones, el piloto Heinz Scheidhauer se elevó 3.800 metros volando en círculos al lado de la cumbre escarpada de hielos eternos. La proeza la llevó a cabo en dos horas y media en un planeador argentino "celeste, blanco y celeste", llamado Ala Volante, diseñado por Reimar Horten y construido en Córdoba, en el Instituto Aerotécnico. Bautizado con el nombre de Urubú –buitre en idioma araucano–, el planeador y la misión fueron parte del sueño y el desafío de un grupo de profesionales del Instituto Argentino de Vuelo a Vela (Inav). Los estudios y el diseño de la travesía se iniciaron en el aeródromo de La Cruz, próximo al embalse de Río Tercero y desde allí, en setiembre partieron todos a la Patagonia. Desde su pista salió el IA-41Urubú en vuelo remolcado por el avión Morane Saulnier piloteado por Carlos White quien viajó acompañado por Delfo Ehlers, especialista en carpintería y encargado del mantenimiento del planeador. A su vez, en éste, iban el hacedor de la proeza y su responsable principal: el ingeniero aeronáutico Alfonso Suárez. Y en tren marchó Rubén Sánchez, el meteorólogo, llevando el instrumental, una estación meteorológica portátil, globos para sondeo en altura, tubos de hidrógeno y otros equipos.

El grupo cordobés invitó al piloto chavense Claudio "Pinche" Dori, quien llegó con un moderno Sky 34 (matrícula LV-EEN). Dori, uno de los primeros pilotos de planeadores de Argentina, arribó al Nahuel Huapi Claudio Dori con un moderno "Sky 34", importado, de terciado y largueros de madera. Un modelo revolucionario para la época. Presentado a Scheidhauer acordaron un tercer vuelo ni bien el clima lo permitiese.
Al mediodía del 30, en la pista del aeroclub de San Carlos de Bariloche, los dos planeadores esperaban la señal de largada. Fueron remolcados por un avión Estearman, un monomotor de 7 cilindros y 300 caballos, que consumía un litro de combustible por minuto durante las maniobras de elevación. Cruzaron el cerro López y desde allí "saltaron al Tronador", volando a 3.600 metros de altura.
Dori despegó unos minutos antes y a las 13:52 lo hizo Scheidhauer, el piloto alemán quién falleció este 17 de octubre a los 94 años en su país natal. Después de un breve remolque, volaron hacia el sur. Se dirigieron al cerro Otto, después al Catedral (2.388 ms) y desde allí al cerro López, donde se separaron. El Urubú llegó mucho antes al ventisquero Frías y a una altitud de 2.600 metros llegó a las adyacencias del cerro Tronador, al cual superó volando en círculos. Sin cambio de rumbo y ya en territorio chileno, rumbeó hacia la ciudad de Puerto Montt sobre la costa del Pacífico. Luego de pasar el volcán Calbuco se encontró con una densa nubosidad y con una llovizna y nevada que presagiaron el final de la hazaña. Según el pormenorizado informe de Alfonso Suárez, a las 16:45 el Ala celeste, blanco y celeste aterrizó en un descampado en Ensenada, a orillas del lago Llanquihue. Media hora más tarde llegó el Sky de Dori. El regreso no fue menos heroico. El piloto White desde el Moran trajo el planeador a remolque y, debido a una dificultad con el motor, en pleno vuelo debió soltarlo y dejarlo solo en el descenso. De esta manera, el planeador argentino y el piloto pusieron a sus pies la cordillera. En 2,37 horas marcaron un hito histórico en la aeronáutica mundial.
Las comprobaciones y los datos recogidos fueron brindados al Conicet, bajo el nombre "Investigación de aplicación al vuelo con y sin motor y a la aerología, mediante el uso de planeador y avión en la zona cordillerana de San Carlos de Bariloche", origen de la experiencia.

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